19 abr 2013

Tatuajes Polinesios




Según la leyenda polinesia, el tatuaje es un don de Dios y ha sido creado por dos hijos del Dios Ta’aroa : Mata Mata Arahu et Tu Ra’i Po.
Estos dos hermanos formaban parte de un grupo de artesanos que a su vez pertenecían al grupo de elegidos del dios de la habilidad. Parece ser que mientras una de las hijas del Gran Dios, Hina Ere Ere Manua, se convertía en “reina”, los dos hijos de Ta´aroa cayeron locamente enamorados de ella y para conquistarla no se les ocurrio otra cosa que tatuarse, orneándose los dos de un motivo llamado “Tao Maro Mata”, hecho que al parecer maravillo a la doncella encerrada que no dudo en escaparse con ellos para probar la misma suerte, es decir, tatuarse.
Y así es como nacio el tatuaje en Polinesia. La practica fue utilizada al inicio solo por estos dos hijos de Dios pero con el tiempo acabaron por transmitir su saber a los mortales, que terminaron por encontrar en la practica del tatuaje algo realmente novedoso y realmente util.
El tatuaje tal y como se practica hoy en dia en el mundo entero tiene varios orígenes pero el mas claro sigue siendo sin duda el polinesio.
Tanto es así que hoy en día podemos afirmar sin equivocarnos que el tatuaje polinesio es el gran embajador de las culturas ligadas al triangulo del Pacifico.
Como sabéis, la traducción de la palabra TATAU es “aquello en lo mas profundo del hombre”.
En las islas Marquesas por ejemplo se dice que es la piel la que nos diferencia como humanos y mortales de los espíritus y que es la expresión de la identidad que refleja nuestro pasado para dejar entrever el futuro de una linea que viene de la noche de los tiempos.
El tatuaje nos ha sido transmitido por nuestros ancestros divinos, los dioses, para mostrarnos dignos antes sus ojos y prepararnos físicamente.
Desvirtuar este arte, sus motivos y su identidad es tirarnos piedras contra nuestro propio tejado en tanto que humanos. La historia del tatuaje es difícil de diseñar incluso si se trate de una practica ancestral que ni siquiera podemos situar con exactitud en la historia de la Tierra pero todo humano esta obligado a respetarla.
 
TATAU POR SEXOS
En el caso de los hombres, en las primeras civilizaciones polinesias la practica del TATAU empezaba generalmente muy pronto, concretamente entre los once y los doce años. La razón era que de esta manera los jóvenes polinesios estaban totalmente tatuados al alcanzar la madurez a los treinta años.
En el caso de las mujeres, el tatuaje tenía una vocación mas bien ornamental y estaba destinado claramente a la seducción. Las partes elegidas para los tatuajes femeninos eran las partes del cuerpo para hacer a las hembras mas atractivas y elegantes.
Las niñas eran tatuadas desde los ocho años y de esta manera alcanzaban la pubertad bien marcadas. Los layouts y la simbología utilizada en los tatuajes de mujeres solían componerse de lineas sobre la cabeza que bajaban por las mejillas y las orejas hasta contornear los labios. Las mujeres se tatuaban igualmente el coxis, las piernas y las espaldas.
En cuanto a las manos y los dedos, las antiguas polinesias solían recubrirse de tatuajes todavía mas finos y con motivos que simulaban joyas. Era un claro de símbolo de integración social pues todas aquellas mujeres sin las manos y los pies tatuadas eran repudiadas.
 
AUTENTICIDAD DEL TATAU. LENGUAJE y MARCA SOCIAL
En cuanto a la autenticidad de los tatuajes en las primeras generaciones polinesia, es patente y está claramente ligada a este arte.
De hecho, los auténticos “Tahuna” (los especialistas, los primeros tatuadores polinesios) no podían tatuar dos veces un mismo motivo y la reproducción total o parcial de un tatuaje les estaba totalmente prohibida. La razón es que el “TATAU en si mismo era considerado como el alma del tatuado” y por tanto única.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el tatuaje polinesio, dado su carácter divino, estaba destinado al uso exclusivo de la clase alta de la sociedad: dioses, sacerdotes, reyes y sus descendientes. Era una manera de marcarse para establecer una diferenciación con las clases bajas. Y recibía otro nombre todavía mas concreto: el “Hui Ari’i et Arioi” (“only reyes y reinas”)
Tanto es así que ya en el siglo XIX el médico mayor Ch. L. Clavel descubrió en su estancia en las islas Marquesas que el hecho de no estar tatuado era el principal impedimento para que algunos pudieran comer carne humana. Nuestro misionero cita así « una mano en la que la cara dorsal no estaba adornada desde falanges hasta puño no podía ni por asomo coger comida del plato de “popoï” (guiso a base del “uru” o arbol del pan).
Otro testigo de estas costumbres, el marino ingles E. Robarts, que residió en Marquesas durante un tiempo en el siglo XIX, contó a la vuelta de su viaje que tuvo que tatuarse el pecho para que le dieran de comer en una epidemia de hambruna.
Como veis, cuanto mas tatuada estaba la persona, mas era su prestigio social y ante los demás no solo eso, el hecho de estar bien tatuado representaba una especie de defensa natural, un signo o demostración de fuerza, poder y/o riqueza.
Es por ello que era fácil encontrar los tatuajes mas “trabajados” sobre todo en individuos guerreros (muy importantes en la escala social de la época) o jefes de tribu. En el otro lado se situaban los individuos no tatuados, que eran despreciados respecto a aquellos que se tatuaban desde las cabeza a los pies que eran claramente admirados.
Antes de la llegada de los misioneros, los polinesios no utilizaban el lenguaje escrito y transmitían su conocimiento oralmente. Para ellos el tatuaje era una manera de marcar la persona y registrar su identidad dado que indicaban el rango social, la jerarquía, la madurez sexual o la genealogía.
Prueba de este carácter un poco registrador es que el arte de tatuar en aquella época estaba considerado por todos como “Tapu” (Sagrado-Prohibido) y se reservaba solo a los verdaderamente conocedores del mismo como las clases sociales superiores y jefes de tribu.
 

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