El perfecto desayuno inglés esta compuesto por: principalmente por té (más que café), huevos fritos o revueltos, sobre una rebanada de pan tostado. También se le añade algo de jamón, bacon o salchichas asadas al horno para acompañar. Además no olvidemos los cereales con leche o el porridge (una especie de papilla de avena). Y algunas versiones le añaden aros de cebolla rebozados y judías blancas con tomate.
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